El método de la ovulación

Por Iván Navas. Agosto 30, 2017

 

El método de la ovulación

 

Se desarrollan los siguientes temas:

  1. Definición.
  2. Características del moco cervical durante el ciclo menstrual.
  3. Haciendo la gráfica del moco cervical.
  4. Las reglas a seguir.
  5. El método después del parto.
  6. El método para la infertilidad.
  7. Escogiendo el sexo del niño.
  8. Detección temprana de enfermedades.

 

1. Definición

El método de la ovulación es un método natural de planificación familiar que se basa en el estudio del moco cervical para determinar los días fértiles e infértiles del ciclo menstrual. Ha tomado este nombre porque el moco cervical nos indica cuando se produce la ovulación (desprendiendo del óvulo del ovario), que corresponde a los días fértiles. Como todos los métodos naturales, tiene como principio la abstinencia de relaciones sexuales en los días fértiles.

 

2. Características del moco cervical durante el ciclo menstrual

Un ciclo menstrual comienza con el primer día de sangrado y termina con el inicio del siguiente. El ciclo podemos dividirlo en tres fases: fase menstrual, fase pre-ovulatoria y fase post-ovulatoria.

Terminando la fase menstrual, se puede presentar dos situaciones a nivel del área genital: días de sequedad o días de mucosidad escasa y grumosa, que persiste sin ningún cambio (patrón básico de infertilidad). Estos días son infértiles hasta que aparece o empieza a cambiar el moco con características de suave, resbaloso y lubricante; desde este momento comienza los días de fertilidad.

 

Ciclo del flujo cervical

 

En esta etapa el moco generalmente es transparente, pero en ocasiones puede ser nebuloso, o estar manchado de sangre y, por consiguiente, volverse amarillo, café, rosa o rojo. Aun cuando no haya suficiente flujo mucoso como para que sea visible, la sensación resbalosa es claro indicio de su presencia. Este moco se conoce como: “moco de tipo fértil”, porque ayuda a la concepción.

El moco se va haciendo cada vez más lubricante y el último día de su presencia con máxima lubricación se conoce como el día cúspide. El día cúspide no se refiere a la cantidad si no a la calidad del moco cervical, ya que la cantidad puede disminuir antes de la cúspide. La prueba que se ha reconocido bien es que, más o menos, dos semanas después, llega el periodo menstrual. El síntoma cúspide es la más precisa indicación biológica de la ovulación.

Después de la cúspide (fase post-ovulatoria) el moco cambiará a pegajoso o escamoso, llamado “moco de tipo infértil”, aunque no tendrá las mismas características del moco infértil de la primera fase del ciclo; o bien desaparecerá por completo, dejando una definitiva sensación de sequedad. Tres días después del día cúspide se consideran fértiles debido al tiempo de supervivencia del óvulo y a la relación de tiempo que existe desde el día de la cúspide hasta el tiempo de la ovulación. Los días restantes hasta el inicio de la menstruación son infértiles.

La ovulación ocurre solamente un día en el ciclo; después de dos semanas se presentará la menstruación si no hay embarazo. Generalmente el intervalo entre la ovulación y la menstruación no varía demasiado; cuando los períodos se alargan o se adelantan se deben a la variación del intervalo entre el inicio del ciclo hasta la ovulación. En este único día de ovulación en el ciclo, uno o más óvulos pueden ser fertilizados. El óvulo vive más o menos 24 horas y los espermatozoides un tiempo variable. En ausencia de moco con calidad satisfactoria, los espermatozoides viven aproximadamente una hora, pero con el apoyo de un buen moco cervical pueden sobrevivir 2 o 3 días, y más raramente hasta 4 o 5 días.

La mujer debe diferenciar el moco cervical de otros flujos como:

1. Flujo de excitación sexual: Se origina en las glándulas de Bartholín, localizadas a la entrada de la vagina. Se produce como respuesta al estímulo sexual para ayudar a la relación sexual. Es más acuoso que el moco cervical, tiende a evaporarse y desaparece rápidamente.

2. Líquido seminal: Después de la relación sexual hay un escurrimiento del líquido seminal en la vagina. Tiene olor y color característicos. Después de algunas horas se parece al moco cervical. Si se toma entre los dedos, hace espuma y se evapora.

3. Flujo por infecciones vaginales: Son flujos patológicos causados por bacterias, hongos o parásitos. Son diferentes al moco cervical porque producen molestias, mal olor, ardor, comezón, etc.

 

3. Haciendo la gráfica del moco cervical

Para el éxito del método es esencial que la mujer valore su moco cervical todos los días y los registre en una gráfica.

 

Gráfica del moco cervical

 

La gráfica se divide con líneas verticales y horizontales; las verticales marcan los días del ciclo y la horizontal divide estas columnas en dos, la superior para colocar los colores que representan las características del moco, y la inferior, para hacer una corta descripción ya sea del moco o circunstancias especiales del ciclo, como dolor (colocándose simplemente la “D” para señalarlo) o sangrado fuera de las reglas (S). En la parte superior se debe indicar además los días en que se tiene relaciones sexuales (R).

La observación del moco y su correspondiente registro se debe realizar en la noche antes de dormir. Para esto se toma papel higiénico, se dobla y se limpia entre los labios genitales, de frente hacia atrás (nunca se debe explorar dentro de la vagina, cuyo interior siempre es húmedo). Se debe poner atención en la sensación que se produce al hacerlo, que puede ser suave, lisa, lubricante, resbalosa, húmeda, áspera, seca, etc.; y luego ver el color y la consistencia del moco, si es claro, transparente, lechoso, blanco, amarillento, turbio, espeso, se estira, se rompe, etc.

Las características observadas al revisar la zona genital se simbolizan por colores, que pueden ser pegados en las casillas (si se tiene previamente estos adhesivos) o coloreados, de la siguiente manera:

– Rojo: Para indicar sangrado y manchado.

– Verde: Días secos.

– Amarillo: Moco infértil (humedad no lubricante). En la fase pre-ovulatoria del ciclo se utiliza el amarillo para registrar en la gráfica el moco del patrón básico de infertilidad. Después de la cúspide se utiliza el amarillo para registrar cualquier secreción de flujo mucoso, puesto que ahora la infertilidad se debe al hecho de que la ovulación ha pasado y el óvulo está muerto.

Figura 7

– Blanco con bebé: Moco fértil (humedad lubricante).

– Amarillo con bebé: Moco cambiante tres días después de la cúspide.

– Verde con bebé: Sequedad tres días después de la cúspide.

Figura 10

La cúspide se indica marcando una “X” o una “Λ” sobre la última casilla blanca  con bebé. Si en un mismo día se presenta tanto sangrado como flujo mucoso, se utilizará un color blanco con bebé y se punteará con lápiz rojo.

Figura 5

El día después de la relación sexual, antes de la cúspide, se marca con color blanco con bebé, y después de la cúspide, con amarillo.

Figura 6

 

4. Las reglas a seguir

1. Evitar las relaciones en los días de sangrado menstrual. Es la ovulación y no la menstruación lo que determina los días de fertilidad, y en los ciclos cortos la ovulación puede ocurrir aun antes de que termine la menstruación. El moco cervical puede quedar oculto por el sangrado.

Figura 4

2. Observe el moco cervical cuando el sangrado menstrual comience a disminuir.

3. En el patrón básico de infertilidad (días infértiles antes de la ovulación) se puede tener relaciones, un día sí, un día no, y solo en la noche. Esto se debe a que al día siguiente de la relación sexual, el fluido seminal o vaginal puede enmascarar el moco cervical.

Figura 13

4. Tan pronto aparezca el moco cervical (en los días secos) o el moco cambie (en los días de moco constante) se debe evitar todo contacto genital. La abstinencia se refiere a cualquier acto sexual como: coito interrumpido, usos de método de barrera (condón, diafragma, óvulos, etc.), eyaculación sin penetración, penetración sin eyaculación y contacto genital manual.

Figura 2

Figura 7

5. La abstinencia sexual se debe tener hasta el día de la cúspide y tres días después. Es hasta el cuarto día después de la cúspide que se pueden reiniciar las relaciones. Durante la cuenta de los tres días, las observaciones deben continuarse con todo cuidado.

6. Evitar las relaciones en los días de sangrado entre períodos y tres días después.

7. No tener relaciones en cualquier día con moco fértil (parches de fertilidad) y tres días después.

Figura 12

8. Todas las anteriores reglas se aplican en la etapa pre-ovulatoria. En la fase post-ovulatoria, tres días después de la cúspide, se aplica solamente las reglas 6 y 7, es decir, que se puede tener relaciones sexuales cualquier día y no sólo en la noche, siempre y cuando no se presente moco fértil o sangrado. La presencia de estas dos características en el post-ovulatorio se debe probablemente a una falsa valoración del día cúspide. Es por eso que hay que continuar observando el moco cervical hasta la próxima menstruación.

Figura 11

Al aplicar el método por primera vez, lo indicado es tener un mes de abstinencia mientras se familiariza con el método.

Las reglas descritas se aplican siempre en cualquier circunstancia, ya sea en ciclos regulares o irregulares, después del parto, después de suspender la píldora anticonceptiva, en la pre-menopausia, bajo alguna enfermedad general o ginecológica, tensión emocional, etc.

 

5. El método después del parto

En partos normales la ovulación puede ocurrir más o menos seis semanas después cuando la mamá no está amamantando al bebé. Si lo está alimentando totalmente con leche materna la ovulación se presentará generalmente después de los tres meses. Y si ha habido un aborto espontáneo al principio del embarazo, es muy probable que en unas cuantas semanas comience la ovulación; ésta situación es comparable a los ciclos prolongados un poco más de lo normal.

En algunos casos la probabilidad de que regrese la ovulación se advierte mediante el descenso espontáneo de la cantidad de leche, de tal modo que el bebé queda insatisfecho; otro aviso es la presencia de la menstruación. En cualquier caso, el registro diario del flujo mucoso indicará lo que estará ocurriendo.

Es una observación común que el tiempo entre la primera ovulación después del parto y el subsiguiente sangrado menstrual, resulta más corto de lo normal, y que el primer período menstrual es por lo regular más severo y prolongado. Al principio uno o dos ciclos resultan más irregulares que los ciclos anteriores al embarazo.

Durante la lactancia, el patrón básico de infertilidad puede ser de días secos, de flujo mucoso continuo sin cambio día tras día, o una combinación de estos dos patrones.

Las normas a seguir después del parto son:

– En la alimentación materna total no se requiere abstinencia inmediatamente; el registro de la gráfica se inicia tres semanas después del parto, y cuando se haya reconocido el patrón básico de infertilidad, se aplican las reglas.

– En la alimentación materna parcial o en la alimentación artificial total se debe tener abstinencia absoluta. El registro de la gráfica se inicia tan pronto hayan cesado los loquios, y cuando se reconozca el patrón básico de infertilidad, se aplican las reglas.

 

6. El método para la infertilidad

El espermatozoide para poder alcanzar el óvulo necesita de las características fértiles del moco cervical, en ausencia del cual la mujer permanecerá infértil aún cuando ovulara. En muchas mujeres la ovulación no va acompañada de un moco cervical adecuado, el cual se puede presentar solamente en ciclos ocasionales, y aún entonces solamente durante medio día. Por eso no habrá fertilización si el acto sexual no se realiza en ese tiempo.

La infertilidad también puede ser falta de ovulación, el cual se puede detectar, además del moco cervical, por una prueba de progesterona en orina o por el registro de la temperatura. En caso de comprobarse, se requerirá tratamiento médico para estimular la ovulación.

Hay algunas evidencias de que se desmejora la fertilidad del marido, si realiza actos sexuales demasiado frecuentes. Es razonable, por tanto, recomendar que la pareja no tenga más de un acto sexual cada dos o tres días, mientras espera la aparición del moco cervical fértil, el cual señala el día en que debe realizarse el acto sexual.

También es evidente que el temor, la fatiga y la perturbación de las relaciones emocionales entre los esposos pueden actuar como berreras para la concepción, excluida lógicamente la influencia que ellas tienen en el determinar la frecuencia de las relaciones sexuales.

 

7. Escogiendo el sexo del niño

Si se piensa en un futuro embarazo, debe tenerse en cuenta que el sexo del niño está determinado por el espermatozoide. En cada óvulo, el cromosoma del sexo siempre es X. En cambio, la mitad de los espermatozoides tienen un cromosoma X y la otra mitad un cromosoma Y. Si un cromosoma X del espermatozoide se fusiona con el óvulo, el bebé será niña; y si es un cromosoma Y, será niño.

Hay evidencias de que los espermatozoides que poseen el cromosoma Y tiene más movilidad, pero vive menos que los que poseen el cromosoma X. Esto significa que el coito en el día de la cúspide o el siguiente, más probablemente producirá un niño. Por otra parte, es más probable que haya una niña si el coito se realiza uno o dos días antes de la cúspide seguido por abstinencia hasta el 4º día después de la misma.

 

8. Detección temprana de enfermedades

Una aplicación importante del método de la ovulación es la temprana detección de desórdenes ginecológicos, especialmente trastornos de las funciones ováricas como las producidas por quistes o tumores. Adicionalmente, la presencia de tumores o infecciones en el útero o la vagina, endometriosis, erosiones cervicales y demás, pueden ser reflejados por los colores de la gráfica, lo cual ha sido demostrado frecuentemente en la práctica.

La mujer que ha desarrollado una auto-prevención provista por el conocimiento del método de la ovulación puede generalmente explicar una repentina variante de su patrón usual de sangrado o de flujo mucoso; al no encontrar una explicación lógica estará alerta y buscará la opinión médica, para lo que puede ser una situación remediable.

 

 

 

Referencias

Billings, J. (1993). Método de la ovulación. México D. F.: Ediciones Paulinas S.A.

Billings, J. y Billing, E. (1976). Atlas del Método de la Ovulación. México D. F.: Ediciones Paulinas S.A.