Silicea

Por Iván Navas. Agosto 29, 2020

Silicea

Sílice, Sílica, Sílex, dióxido de silicio, cristal de roca o cuarzo, SiO2, se encuentra en la naturaleza en un gran número de variedades minerales como en el cuarzo, ágata, ónix, ópalo, arenas de pirita, etc. Para preparar el medicamento homeopático se usa silícea pura extraída de cristales de roca, triturándola según la regla 7ª. Este es uno de los medicamentos que no desarrollan completamente su acción sino a dosis infinitesimales. Hahnemann fue el primero en experimentarla, publicando su patogenesia respectiva en su tratado de las Enfermedades Crónicas (Uribe).

Síntomas característicos

1. Falta de confianza en sí mismo. Con relación a su inseguridad encontramos los siguientes síntomas: sensación de desvalido o impotencia, irresolución o indecisión (variable, para casarse), falta de iniciativa, pospone todo para el otro día, inconstancia, no persiste en nada, emprender (muchas cosas pero no persevera en ninguna, nada por miedo a fracasar), aversión a las nuevas ideas, inseguridad mental, sensible a la opinión de los demás, cobardía, no discute a pesar de tener convicciones firmes y mantenerlas, pusilánime, falta de carácter, dócil o condescendiente, servil o sumiso, adulador, deseo de ser dependiente de los demás, deseo de ser magnetizado (y mejora), se muerde las uñas, ansiedad por el futuro, trastornos por ansiedad y por anticipación. Temor: al fracaso, de aprender cualquier cosa, de emprender una nueva empresa, a la responsabilidad, del trabajo, de aparecer en público, de la gente, a los ladrones, de la oscuridad, al mal, de que sucederá algo. Asustadizo fácilmente (al despertar).

Para contrarrestar su falta de confianza en sí mismo presenta los síntomas: timidez, concienzudo por bagatelas, cuidadoso, perseverante, obstinado, agrava por el consuelo (por la compasión), irritabilidad y llanto por el consuelo, intolerancia a la contradicción, avaricia (por ansiedad por el futuro), regatea.

“Su caracterología va estar dominada por una falta de confianza en sí mismo e inseguridad, que le harán dudar permanentemente de sus aptitudes. Su consecuencia es la timidez, cobardía e irresolución. Es dependiente de la opinión ajena y sensible a críticas adversas. Más que defenderse, decae en su ánimo y se retrae… La conducta reactiva tiene que ver con una hiperauto exigencia que se sobrepone en su afán superativo. Por eso en todo lo que hace se muestra obsesivamente concienzudo y responsable, cuidadoso de los más mínimos detalles, cumplidor, eficiente, pasa y repasa, acomoda y reacomoda, ordena y reordena en un incansable control de los factores de error y nunca está lo suficientemente conforme o seguro con lo que hace o estudia. Así por el exceso, Silicea resulta un oficinista súper impecable, un estudiante sobresaliente o un profesional destacado… Siempre modesto y humilde porque no alcanza a sentirse más que nadie y se da por satisfecho con sólo no ser menos (a diferencia de Lycopodium, jugado a sobresalir entre todos, de ser más)… Reúne las cualidades para un dependiente ideal, si se tiene en cuenta además su proclividad a ser dócil, condescendiente y aún servil. Nació para ser mandado (Lycopodium para mandar)” (Draiman).

“Posiblemente en un intento inconsciente de superar su inseguridad no tolera el consuelo, porque tal vez lo haga sentirse más inferior, como si creyera que la aceptación de palabras de consuelo fuera un signo de debilidad. El consuelo lo agrava y, si llora, lo hace llorar más y lo irrita. Por el mismo motivo, y siempre girando alrededor de su sentimiento de inferioridad o inseguridad, la contradicción le es insoportable, no la tolera… Y también la avaricia muy marcada de Silicea es una exteriorización más de su inseguridad, que le hace acumular valores materiales en exceso, aún en desmedro de sí mismo, porque esa acumulación visible representa para él la seguridad palpable, exterior, que él siente que no tiene en su interior” (Vijnovsky).

2. Timidez: de aparecer en público (de hablar en público), cuando está solo, vergonzoso, en niños (hacia los demás niños). Taciturno o callado, reservado, temperamento tranquilo, dulzura, torpe (por vergüenza). Aversión a ser tocado, no puede tolerar que lo miren.

“En la relación con su medio social, la inseguridad se expresa por una gran timidez, que no es sino el temor subyacente de poner en evidencia su “inferioridad” ante la gente”… Es así que le tiene pánico a aparecer en público pues se siente incapaz de sobrellevar el compromiso con dignidad: por ejemplo, si debe decir un discurso cree que el mundo se le viene abajo, que no podrá emitir un sólo concepto lógico y, sin embargo, enfrentado irremediablemente con la obligación, es de resolverla brillantemente… La inseguridad y timidez se manifiestan en otro orden por una sensibilidad con aversión a ser tocado o mirado, por la perturbación emotiva que ello le produce, en su precaria relación con las personas” (Draiman).

3. Desarrollo lento o detenido y emaciación. La defectuosa asimilación de los alimentos produce: desarrollo lento o detenido, debilidad, anemia, fontanelas abiertas, dentición difícil (con diarrea, en muelas del juicio), dentición lenta, aprende a caminar tarde, raquitismo; en huesos: curvatura, reblandecimiento, nudosidades, fístulas, caries, lenta reparación de los huesos rotos. Emaciación o adelgazamiento: con apetito voraz (en niños, en infantes), en niños (en infantes), en gente mayor, progresiva, de partes afectadas, de partes aisladas, con locura, con hinchazón de los ganglios. Cabeza de gran tamaño acompañada de emaciación del cuerpo. Gente delgada. Enanismo.

“La considerable e importante acción de Silicea, radica en los cambios nutritivos que produce. Como los cambios nutritivos son más evidentes en el crecimiento del niño que en el adulto, nos encontraremos que los síntomas de Silicea aparecen sobre todo en los niños, de la infancia en adelante; esto no quiere decir que esté contraindicado en el adulto. Sino que su uso se justifica con más evidencia en la juventud. El niño en este caso, está imperfectamente nutrido no por la mala calidad de sus alimentos, sino por la asimilación defectuosa. La cabeza tiene dimensiones desproporcionadas; las fontanelas, especialmente la anterior están abiertas; el cuerpo es pequeño y extenuado, con excepción del abdomen, que está abultado y muy desarrollado, como sucede a menudo en los niños escrofulosos. La cabeza, incluyendo el cuero cabelludo, el cuello, la nuca y la cara, están cubiertos de un sudor mal oliente. La cara tiene palidez de cera, está terrosa o amarillenta. El esqueleto deficientemente desarrollado, lo mismo que los músculos; en consecuencia, el niño con dificultad aprende a andar. Silicea se adapta con especialidad a los niños raquíticos. El tejido fibroso de las articulaciones está inflamado; las mismas articulaciones están hinchadas o ulceradas. Esto da a las articulaciones, especialmente a la rodilla, apariencia nudosas” (Farrington).

4. Falta de calor vital, que agrava por el esfuerzo. Agrava por el frío, por el aire frío, al enfriarse (después de enfriarse, al enfriarse una parte del cuerpo, la cabeza, las extremidades, los pies, al sacar la mano fuera de la cama), tendencia a resfriarse. Agrava por las corrientes de aire, por el aire libre, mejora por el aire de interior. Agrava por mojarse (los pies), por sentarse en un suelo húmedo, por aplicaciones húmedas frías. Agrava en tiempo: frío seco, frío húmedo, caliente húmedo, en la proximidad o en una tormenta eléctrica, por los cambios de tiempo (de caliente a frío). Mejora por el calor: de la cama, de envolturas, de la estufa, de la habitación.

“Parece existir en este medicamento una falta de poder nervioso de resistencia a las influencias depresoras externas. El sujeto de Silicea tiene frío o, según la expresión de Hering, hay una «falta de calor vital, aun mientras realiza ejercicios.» Es sensible al aire frío y se resfría con mucha facilidad, en especial cuando se desabriga la cabeza o los pies. Por el contrario, mejora «envolviéndose la cabeza» (Magnesia muriatica) o, en otras palabras, mediante la provisión artificial del calor que naturalmente le falta” (Nash).

5. Abscesos y supuración. Abscesos: crónicos, agudos, gangrenosos, acelera la supuración o la absorción de pus, eliminación de cuerpos extraños; pus: acuoso, gelatinoso, tenue, suave, acre, fétido, sanguinolento, de color amarillo, gris o marrón, pus suprimido. Abscesos en cualquier parte del cuerpo, encontrándose con valor tres en el repertorio en: ganglios o glándulas, oído, nariz, en las raíces de los dientes, glándulas parótidas, abdomen (hígado), mamas, axilas, pulmones, antiguas cicatrices de la región cervical, región lumbar y rodillas.

Supuración en: oído (medio), nariz, encías, glándulas parótidas, ganglios cervicales, garganta (amígdalas, faringe), abdomen (ganglios inguinales), próstata, uretra, cadera, pies; heces y expectoración purulenta, orina con sedimento purulento, en piel erupciones y úlceras supurativas, panadizo en estadio supurativo.

“Silicea ha sido conocido desde mucho tiempo atrás como una droga de valor, debido a su afinidad por el tejido celular (o tejido conjuntivo laxo). Produce inflamación en este extensísimo tejido del organismo; inflamación que progresa hasta la supuración siendo ésta de un tipo indolente y tórpido, sin ser precisamente maligna, tendiendo sin embargo a perpetuarse y a volverse crónica. Por lo tanto, la celulitis en el caso de Silicea termina en supuración que es persistente, en ulceración también de este mismo carácter o en induración. Podemos encontrarlo indicado en una o en otra de estas formas. También se usa Silicea en las amígdalas, cuando estas supuran y son rebeldes a todo tratamiento; Silicea será siempre el medicamento cuando esto suceda en los niños raquíticos. Será necesario en el tratamiento de los diviesos o forúnculos, cuando no curan rápidamente, sino que continúan produciendo un pus acuoso, delgado y aún icoroso, siendo por lo general de olor muy repugnante y, con menos frecuencia, espeso. En ocasiones podremos prescribir Silicea como preservativo para los forúnculos, por su tendencia característica de producir inflamación del tejido conjuntivo” (Farrington).

“Tanto Silicea como Hepar sulphur son útiles en el proceso supurativo y ambos tienen agravación con el frío y alivio con el calor y las aplicaciones calientes, pero Hepar sulphur tiene pus abundante, espeso, cremoso, mientras que el de Silicea es fluido, sanguinolento o como agua en que se ha lavado carne” (Pierce). “Parece que el lugar de Silicea se encuentra en una etapa posterior a la de Hepar sulphur o Calcarea sulphurica; éstos facilitan la evacuación del pus ya formado, mientras que a Silicea le corresponde el trabajo de reparación después que se produce la evacuación” (Nash).

“En personas ordinarias, si una astilla se introduce en los tejidos, una supuración la saca, pero en estas constituciones débiles un depósito plástico se deposita alrededor de él y permanece. Este no es el estado más alto de orden. Una supuración tiene lugar alrededor de una bala y la empuja hacia afuera, este es el mejor estado que puede pedirse. Silicea, por lo tanto, apresura la formación de abscesos y forúnculos. Supuran antiguos lobulillos y tumores endurecidos. Si hay un depósito tuberculoso en los pulmones, Silicea establece una inflamación y lo hace desaparecer, y si todo el pulmón es tuberculoso el resultado sería una neumonía general supurativa; de aquí el peligro de suministrar tales medicinas y de repetirla en estados avanzados de tisis… Silicea es útil en afecciones pulmonares en talladores de piedra en cuyas vías respiratorias partículas de piedra provocan irritación crónica; provoca supuración alrededor de estos pedacitos de piedra y son expulsados con la expectoración” (Kent).

6. Dolor como por una astilla. Se presenta en: ojos, garganta interna, nariz, recto, miembros superiores, dedos de la mano y en uñas de los dedos del pie. Otros tipos de dolores importantes en Silicea son: punzante como por agujas, aguijoneante, dolorido, presivo, ardiente, ulcerativo, retorciente,

Síntomas importantes

1. Tristeza: melancólica, cuando está solo, con somnolencia, durante la fiebre, durante la cefalea, por masturbación, durante o después de la menstruación. Llanto: que agrava por el consuelo, en niños (bebes, cuando es reprendido, cuando le hablan amablemente), fácil, en el sueño. Añoranza, indiferencia, remordimiento (por bagatelas), cosas horribles e historias tristes le afectan profundamente, cansado de la vida, hastío o aborrecimiento (del trabajo, de la vida), desea la muerte, disposición al suicidio ahogándose o tirándose desde una altura.

2. Ansiedad: por bagatelas, de conciencia, por anticipación de un compromiso, con temor, después de un susto, por ruido, por su salud, durante la fiebre, durante la menstruación, en niños. Inquietud: interna, ansiosa, por dolor, durante la fiebre, mientras está sentado. Sobresaltos: fácilmente, por ruidos, por y como por susto, cuando le tocan, al dormirse, por un sueño. Trastornos por: ansiedad, anticipación, por susto, malas noticias. Asustadizo, impaciencia, prisa.

3. Miedo de los alfileres, sensible a las puntas de acero dirigidas hacia ella, pensamientos persistentes sobre alfileres, ilusiones sobre alfileres o de ver agujas, busca alfileres.

“Los alfileres, agujas, espinas y todo objeto puntiagudo constituyen una verdadera obsesión para él, y tiene alucinaciones sobre alfileres, ve agujas, les tiene terror, o cuenta cuidadosamente los alfileres o los busca. A menudo no come pescado por temor a clavarse una espina. No tolera ver puntas de acero dirigidas hacia ella. Curiosamente, cabe mencionar la notable capacidad de Silicea para eliminar agujas clavadas en los tejidos o espinas de pescado” (Vijnovsky).

4. Agrava por el esfuerzo mental: lo fatiga, le es imposible, con aversión y miedo al esfuerzo mental. Postración mental (por leer, después de escribir), fatiga al escribir, aversión a leer, aversión a pensar, conversación agrava, comete errores al hablar o al escribir o al leer, incapacidad para manejar finanzas, incapacidad para los negocios, concentración difícil, imbecilidad. El esfuerzo mental produce o agrava síntomas como: embotamiento, confusión mental, debilidad de la memoria, olvidadizo, confusión, insomnio, debilidad, transpiración, dolor de cabeza, calor y pulsación en la cabeza, dolor en la espalda y frialdad en los pies.

5. Debilidad: nerviosa, después de emisiones, por diarrea, después de la defecación, por la transpiración, después del coito, en mujeres que amamantan, al caminar, durante la cefalea, después de comer, después de la comida principal, por supresión del sudor de los pies, con vértigo, muscular, en articulaciones.

6. Sensibilidad: al ruido (al más ligero ruido, de pasos, de voces), al tacto, al dolor, interna y externamente; fotofobia (crónica). En cabeza: al contacto del cuero cabelludo, a cepillarse el cabello, incluso al sombrero, a la menor sacudida, del cerebro. En ganglios o glándulas, en huesos, en dientes, en epigastrio, en dedos de las manos y de los pies, en uñas, en piel.

“Hay una susceptibilidad exquisita a la excitación nerviosa; los sentidos están aguzados patológicamente. El cerebro y la médula no pueden soportar el más ligero choque o una vibración ordinaria. La superficie del cuerpo está delicada y sensible al tacto. El frío agrava los síntomas y el calor los mejora” (Farrington).

7. Trastornos por supresión de la transpiración, especialmente de los pies. La supresión de la transpiración de los pies produce: debilidad, desmayo, convulsiones, visión turbia, ambliopía, catarata, obstrucción nasal, sequedad en el interior de la nariz, dolor de dientes, inflamación de la faringe, constricción del pecho, palpitación en el pecho, frialdad de los pies. Transpiración de los pies: constante, profusa, maloliente, excoriante destruyendo los calcetines, pruriginosa en la planta de los pies, en niños. Transpiración en general: profusa, en la habitación, durante el sueño, de olor ofensivo, agrio y fétido.

“Los sujetos de Silicea están con frecuencia afligidos por sudores fétidos en los pies (Sanicula, Psorinum, Graphites), que son fácilmente suprimidos por haber estado con los pies fríos. Tal supresión debe ser remediada, restableciendo el sudor y curándolo luego con una medicación apropiada; en caso contrario, se presentarán a menudo serias consecuencias, tales como convulsiones y otros trastornos espinales, incluso ataxia locomotriz. Silicea es el remedio apropiado para restablecer primero y luego curar tales sudores mediante la corrección de las condiciones mórbidas de las que dependen. (Baryta carbonica, Graphites, Psorinum, Sanicula)” (Nash).

“Silicea tienden a transpirar abundantemente, especialmente en axilas, nuca y pies, y van bien mientras esto sigue así. No debemos ser impacientes en tratar la transpiración de Silicea. Si por cualquier medio conseguimos suprimirla, habrá problemas tanto para el prescriptor como para el paciente. Si el sudor es suprimido por desodorantes, polvos pédicos (para los pies), ácido bórico, etc. el paciente puede desarrollar tuberculosis, cáncer, enfermedad renal u otra enfermedad seria. Por supuesto, la supresión del sudor por medicación presenta los más serios problemas, pero incluso la evaporación puede tener un efecto similar (aunque menos profundo). Si un paciente Silicea que suda se expone a una corriente que evapora el sudor, puede desarrollar cefalea o artralgias. La transpiración misma es muy característica de Silicea. Es ofensiva y acre. La ofensividad es muy fuerte. El paciente puede lavarse los pies tres veces al día sin resultado… El sudor de pies de Silicea es también acre. No es una transpiración simplemente irritante; verdaderamente se come los calcetines. Si una persona normal gasta un par de calcetines cada dos años, el paciente Silicea los gasta en tres meses” (Vithoulkas).

8. Trastornos después de la vacunación, como: convulsiones, inflamación del oído medio, náuseas, diarrea, tos, forúnculos en la piel, hinchazón de los brazos.

“Cualquier cosa que pudiéramos decir en favor de la vacuna, sabemos que su aplicación puede ser seguida de síntomas alarmantes y esto aun cuando se haya empleado el virus más puro. De aquí que en ocasiones tengamos que corregir los malos efectos que siguen a esta práctica… En los malos efectos, como la erisipela, las convulsiones, la diarrea que le siguen, podremos hacer uso de Silicea que curará el caso” (Farrington).

9. Agrava en luna nueva y en luna llena. En luna nueva presenta: sonambulismo, convulsiones (epilépticas), tos, menstruación y metrorragia. Y en luna llena: insomnio, sonambulismo, convulsiones, dolor en el oído y audición disminuida.

10. Úlceras en: ganglios o glándulas, occipucio, córnea, en el interior de la nariz, labios, amígdalas, recto (hemorroides ulcerativas), pulmones, mamas, espalda, huesos en la región lumbar, genitales femeninos, prepucio, extremidades, alrededor de las uñas de los dedos de la mano, uñas de los dedos del pie, venas varicosas. Úlceras en la piel: azuladas, con areolas rojas, con manchas blancas, con márgenes elevados e indurados, induradas, esponjosas, carnosas, fungosas, costrosas, fagedénicas, profundas, perforantes, fistulosas, mercuriales, malsanas, cancerosas, hinchadas, inflamadas, pruriginosas, indolentes, sensibles en los márgenes, dolorosas, ardientes, mejoran con el calor, fétidas, supurativas; con secreciones: icorosas, escasas, espesas, corrosivas, malolientes (pútridas).

“Silicea puede ser prescrita con éxito en toda clase de úlceras, tanto benignas como malignas; sus rasgos característicos son: ulceraciones que provienen de afecciones óseas, como la caries o la necrosis; úlceras que aparecen en el dorso como consecuencia de la caries vertebral; las úlceras escrofulosas que radican alrededor de las articulaciones o en la cadera, tratándose de una coxalgia, particularmente si van acompañadas de fístulas. El pus es delgado y mal oliente; a menudo mezclado con sangre y algunas veces de pequeñas partículas con aspecto de queso; hay poca tendencia a la cicatrización espontánea; estas úlceras se mejoran por el calor y se agravan por las aplicaciones frías” (Farrington).

11. Fístulas: después de una operación, con úlceras de la piel, de los ganglios o glándulas, articulaciones, huesos, ojos (lagrimal, córnea, secretando pus a la presión), encías, garganta externa, espalda, mamas, abdomen (ombligo, de las glándulas inguinales), recto, vagina. Tuberculosis pulmonar después de una operación de fístula anal, tos después de una operación de fístula.

“Ha curado también fístulas abiertas. Pacientes que poseen una tendencia a la tisis están sujetos a abscesos alrededor de la región del recto, que se rompen adentro o afuera y forman aberturas completas o incompletas. Parece que sucede esto en vez de lo que ocurriría en otro caso, y si cicatriza por medio de operaciones u otros métodos, la tendencia es finalizar en trastornos de pecho, bien en forma de catarro fijo o infiltraciones tuberculosas. Silicea es una de las medicinas que tiende a poner la constitución en orden y de uno a cinco años las aberturas cesan de ser necesarias y cicatrizan. Los cirujanos las cicatrizan instantáneamente, y por un tiempo el paciente está bien, pero a los pocos años recae” (Kent).

12. Induraciones: después de una inflamación, del tejido celular, de ganglios o glándulas (nudosos como sogas), de los músculos. Induración de: cara, lengua, glándulas parótidas, ganglios del cuello y axilares, píloro, mamas, cérvix, vagina, próstata, testículos y piel.

“Las molestias de Silicea están relacionadas con glándulas endurecidas, especialmente las del cuello, cervicales, salivales y particularmente las glándulas parótidas; parótidas grandes, duras. Las parótidas se agrandan debido a los resfríos y se endurecen” (Kent).

“Podremos hacer uso de Silicea en la induración, que sigue por ejemplo a la curación de forúnculos, abscesos u otras inflamaciones semejantes que invaden el parénquima de un órgano, produciendo una exudación plástica e induración. Esta induración será reabsorbida por Silicea y por esta razón ha sido colocada a lado de Graphites, droga que, como recordaremos, tiende a reabsorber las induraciones, llegando hasta producir la desaparición de las cicatrices” (Farrington).

13. Convulsiones: epilépticas, epileptiformes, clónicas, sin conciencia, por excitación, por susto, por la noche, durante el sueño, en luna nueva, en niños, por transpiración suprimida (después de sudor de pies), después de vacunación; con: frialdad de un lado del cuerpo, gritos, quejidos, sueño perturbado, espuma por la boca; después de las convulsiones: transpiración, parálisis de un lado. Epilépticas: con aura de: sensación de un ratón corriendo, frialdad que corre hacia debajo de la columna en el lado izquierdo, en el brazo izquierdo, en estómago, desde el plexo solar (a la cabeza); durante las convulsiones epilépticas: vértigo y espuma por la boca.

“Silicea puede darse en las convulsiones de carácter epiléptico, cuando es bien marcada el aura, cuando parte del plexo solar como en Rana bufo y Nux vómica. Se dice que los ataques se presentan en ciertas fases de la luna. Los enfermos empeoran por cualquier esfuerzo exagerado de la mente o por las emociones” (Farrington).

14. Dolor de cabeza: dolorido, aturdidor, martillante, violento, periódico, acompañado de vértigo y de molestias en los ojos, durante la fiebre, por esfuerzo mental, por esfuerzo de los ojos, por el coito, después de excesos sexuales, levantándose de acostado, al ascender escaleras, al pisar fuerte, dando un paso en falso, por sacudida, después de viajar en un vehículo, por luz diurna, al aire frío, por corriente de aire, en tiempo frío húmedo, enfriándose, al coger frío en la cabeza, por frío en los pies; mejora: cerrando los ojos, acostado en una habitación oscura, al ceñirse la cabeza, al envolverse con algo caliente, al envolverse la cabeza, por aplicaciones muy calientes. Dolor en la región cervical extendiéndose a: hacia arriba, cabeza, occipucio, vértex, ojo.

“La cefalalgia de Silicea es de carácter nervioso y provocada por excesivo trabajo mental; generalmente es peor a nivel del ojo derecho; se agrava casi siempre por cualquier ruido, movimiento o choque y se mejora por la aplicación de envolturas calientes a la cabeza, no siendo la presión la que ocasiona la mejoría, sino el calor moderado. Hay dolores agudos y desgarrantes en el dorso que ascienden hasta la cabeza. En el máximum del paroxismo hay propensión a las náuseas y al vómito de origen reflejo por afectarse el simpático” (Farrington).

“El estado de debilidad parece atacar al sistema nervioso en general, afectando también a la médula; así nos encontramos con esas cefaleas cerebro espinales o cefaleas que comienzan por la nuca y se propagan a través de la cabeza hasta los ojos, para las cuales Silicea es tan efectiva. El vértigo asciende también desde la nuca a la cabeza y se agrava mirando hacia arriba” (Nash).

15. Inflamación del ojo: crónica, escrofulosa, por cuerpos extraños, del iris (con hipopion), de los conductos lagrimales (en niños recién nacidos), en glándulas y sacos lagrimales, de las orbitas (periostio de la órbita, celulitis orbitaria, con caries, con necrosis). Dolor por aire frío, lagrimeo al aire libre, secreciones amarillas, estrechez del canal lagrimal (en niños recién nacidos), fístula lagrimal, parálisis del nervio óptico, catarata (después de sudor suprimido en los pies). Orzuelos: indurados, recurrentes. Visión de colores delante de los ojos: manchas flotantes negras, manchitas oscuras, los objetos negros parecen grises.

“Hay queratitis, especialmente con tendencia a la formación de úlceras con esfacelo que tienden a perforar la córnea como en Nitricum acidum. No son vasculares en los enfermitos de Silicea, de aquí que no se infiltren todos los tejidos vecinos. Hay hipopion; los párpados están inflamados y cubiertos de orzuelos supurantes” (Farrington).

16. Inflamación del oído: en serosa, oído medio, trompas de Eustaquio; sensación de tapado, dolor detrás de los oídos (desgarrador), catarro de la trompa de Eustaquio, secreciones (acuosas, espesas, caseosa, cerumen, purulentas, sanguinolentas, malolientes), supuración del oído medio, absceso (meato, detrás de los oídos), amenaza de caries (meato).

“Hay otorrea, siendo la descarga fétida acuosa y grumosa. A menudo nos encontraremos la membrana del tímpano perforada, con escurrimiento de pus que contiene pequeños fragmentos de hueso, resultantes de la propagación de este proceso a los huesecillos del oído medio y a la mastoides” (Farrington).

17. En nariz: sequedad en el interior (después de suprimir el sudor de los pies), hurgándose la nariz con los dedos, obstrucción (durante la fiebre, con pus, por transpiración suprimida de los pies), congestión, olfato disminuido o falta de, coriza, esfuerzos ineficaces de estornudos, dolor (dolorido, ardiente, corroyente), catarro (seco crónico, seguido de trastornos de los senos frontales), secreción (dura seca, espesa, maloliente, purulenta), absceso, úlceras (dolorosas, en el interior, redondas en el tabique), caries, ocena (sifilítica). Dolor en los senos frontales por coriza crónica.

“Silicea es de utilidad en el catarro nasal, cuando existen úlceras sobre las membranas mucosas, con descarga de fluido sanguinolento, delgado y excoriante; puede ser un catarro seco y con resequedad molesta en la nariz. Es también de utilidad cuando el proceso catarral se propaga hacia atrás e invade las trompas de Eustaquio produciendo intensa comezón y hormigueo en dichos órganos. También encontramos indicado a Silicea en algunas formas de asma de heno, especialmente cuando se inicia con hormigueo y comezón de la nariz, violentos estornudos y descargas excoriantes” (Farrington).

18. En garganta, inflamación: de amígdalas (aguda, crónica), de la faringe (aguda, crónica); dolor: como por una astilla, punzante, enfriándose, al tragar, levantando algo; sensaciones: de un bulto, de que algo estuviera colgando en la garganta, de un pelo; sequedad; o moco: amarillo, espumoso, grueso, tenaz, maloliente, por la mañana; y supuración de: amígdalas y faringe.

“Silicea está lleno de síntomas de la garganta, pero está indicado raramente en las formas agudas porque su acción es demasiado lenta; curan después que ha habido una serie de enfriamientos, que son mejorados a veces por Belladonna u otros remedios agudos, pero todavía continúan establecidos en las tonsilas o en las glándulas del cuello. Silicea vence esta tendencia. Hay un estado catarral en la garganta, que se despierta con cada enfriamiento en un creciente flujo, con ronquera, volviendo otra vez al estado crónico; catarros crónicos de la faringe. Este remedio compite con Natrum muriaticum en las enfermedades inveteradas de la garganta” (Kent).

19. Apetito, falta de: al intentar comer, con hambre, durante el escalofrío, la fiebre y la transpiración; sin apetencia, fácil saciedad; o voraz: con transpiración, en gastralgia. Sed: extrema, ardiente o vehemente, de pequeñas cantidades, durante el escalofrío y el calor febril, por la noche. Deseo de: cosas indigestas, deseo de cal o pizarra o tiza o tierra o arcilla, comida fría, helado. Aversión a: la carne, la leche materna (el niño rehúsa la leche materna), la comida caliente. Agrava con: la comida fría, la bebida fría, el vino, la leche materna. Mejora con la comida caliente.

“Silicea tiene decidida aversión por la comida caliente, desea sustancias frías, desea su té moderadamente frío, está deseoso de ingerir su comida fría, le disgusta la comida caliente. Algunas veces existe una aversión a la carne, pero si la come, prefiere que sean rebanadas de carne frías. Le gustan los helados, el agua fría, y se siente mejor con ellos cuando está en el estómago; algunas veces le resulta imposible beber líquidos calientes, esto le provoca transpiración en la cara y en la cabeza y oleadas de calor… Aunque el paciente posea aversión por las cosas calientes y desee comer cosas frías, aún en las molestias de pecho, el agua fría, los helados y las cosas frías en general, aumentan la tos, y las arcadas son terribles… Silicea se agrava con la leche (materna). Muchas veces el infante es incapaz de beber leche, por lo tanto, el médico debe prescribir toda la comida si no se conoce el remedio correcto. Natrum carbonicum y Silicea son ambos remedios útiles cuando la leche de la madre le produce diarrea y vómitos. El rutinario le prescribir medicinas tales como Aethusa olvidando completamente a Silicea. Esta última posee al igual que Natrum carbonicum vómitos ácidos y grumos ácidos en la materia fecal” (Kent).

20. Tos: agotadora, torturante, asmática, cortante, ronca, seca o suelta, por cosquilleo o irritación en la tráquea o en el hueco de la garganta o en la laringe, por sensación de un pelo en la lengua o en la tráquea, al enfriarse, al descubrirse los pies o la cabeza, por la noche, por la mañana al despertar, en personas tuberculosas, mejora con bebidas calientes; con: sueño perturbado, arcadas, vómito, dolor en el pecho, respiración dificultosa y ronquera después de toser. Expectoración: de día solamente, mucosa, espesa, grumosa, amarilla, purulenta, sanguinolenta, de olor maloliente.

“Silicea produce ronquera, aspereza y resequedad con una tos de cosquilleo que parece originarse en la fosa supraesternal, muy semejante a la de Rumex crispus. También hay la sensación de como si un cabello estuviera situado en la garganta, laringe o tráquea. La tos es excitada por las bebidas frías, como en Rhus toxicodendron y Scilla; por el intento de hablar, como en Phosphorus, Rumex, Ambra grisea, etc.; agravándose en la noche al acostarse, como en Rumex, Phosphorus y Lycopodium. En ocasiones termina en vómito de moco” (Farrington).

“Silicea es útil en el estado supurativo de la tuberculosis, cuando la tos, en un principio seca, llega a hacerse floja con expectoración mucopurulenta y fétida. Lo encontramos de gran utilidad en la tisis mucosa de los ancianos. Después de muchos esfuerzos el paciente logra expectorar un pus asqueroso y horriblemente fétido. Sin embargo, Silicea rara vez curará estos casos, debiendo considerársele solamente como un paliativo” (Farrington).

21. Estreñimiento: la defecación permanece largo tiempo en el recto sin urgencia, urgencia y esfuerzo ineficaz, evacuación difícil (heces naturales o blandas, las heces retroceden), insuficiente, deseo constante, durante la transpiración, antes y durante la menstruación, en niños (infantes), acompañados de padecimientos del abdomen. Diarrea: en personas emaciadas, escrofulosa, con debilidad, en niños, durante la dentición, durante la fiebre, mejora con el calor de la cama o al envolverse con algo caliente. Heces: escasas, secas, duras, grandes, nudosas, lientéricas o indigeridas, de olor maloliente y pútrido, de color claro.

“La constipación del niño Silicea es muy particular. Nuestro hombrecito hace cada vez más fuerza, la materia fecal se asoma en parte, pero enseguida remonta de nuevo hacia dentro, como si la debilidad general del paciente afectara al poder expulsivo del recto. Pero pueden presentarse también diarreas muy persistentes, especialmente durante la dentición o durante los calores del verano” (Nash).

“Hay dos razones principales para la constipación de Silicea: una es, la falta de poder expulsivo, la otra, la irritabilidad o el espasmo del esfínter por lo que las heces salidas parcialmente se ven obligadas a retroceder. Los pacientes hacen un esfuerzo tan grande que los músculos abdominales se ponen doloridos y estropeados, hasta que al fin, cuando parece asegurado el éxito, la constricción del ano nulifica todos sus esfuerzos. La diarrea que reclama Silicea se observa especialmente en los niños escrofulosos con transpiración nociva, y frecuentemente se presenta durante la dentición o por exponerse al aire frío. Las evacuaciones son frecuentes y pútridas o de olor cadavérico” (Pierce).

22. Menstruación: acre o excoriante, maloliente, atrasada, ausente, suprimida, demasiado frecuente, irregular, copiosa (y de corta duración, durante la lactancia), escasa, durante la lactancia (amamantando al niño), manchando (difícil de lavar manchando las ropas). Metrorragia: acuosa, por emociones o excitación, con frialdad del cuerpo, entre menstruación, cuando amamanta el niño, durante el aborto. Loquios: acres, copiosos, amamantando al niño. Leucorrea: constante o crónica, acre o excoriante, copiosa, borbotante, lechosa, maloliente, después de comida ácida, fluyendo después de dolor abdominal, durante o después de la micción, con anemia.

“Descargas entre dos menstruaciones. En Silicea hay muy fácil flujo de sangre desde el útero (metrorragia); hemorragia antes de la menstruación, por excitación, y especialmente cuando cría, cuando el niño es colocado en el pecho comienza a aparecer un flujo de sangre. Note la diferencia entre Calcarea y Silicea. Calcarea posee una tendencia a fluir durante la lactancia, pero no cuando el niño es puesto en el seno. Completa ausencia de menstruaciones durante meses; amenorrea. Leucorrea abundante, ácida, corrosiva, lechosa, precedida de dolores cortantes alrededor del ombligo, que causan mordeduras dolorosas, especialmente luego de comidas ácidas; durante la micción; de a chorros” (Kent).

23. Dolor en la espalda: en columna (dolorida, dolorida por sacudida de la cama, en vértebras); región cervical (dolorida, extendiéndose: hacia arriba, a la cabeza, occipucio, vértex, ojo); región dorsal (en la columna); región lumbar (dolorida por la noche); región sacra (al levantarse de estar sentado, por el coito). Rigidez: en la región cervical, dorsal y lumbar. Curvatura de la columna: con dolor. Espina bífida. Ataxia locomotriz.

“Silicea obra justamente de un modo tan poderoso sobre la médula, como sobre el cerebro, ocasionando una debilidad motriz general, yendo acompañados estos casos de la misma irritabilidad. Hay rigidez en la nuca que produce cefalalgia; esta rigidez no es debida al frío, ni al reumatismo de los diversos músculos, sino a una irritación espinal. La región sacrolumbar duele como si estuviera golpeada o molida; el enfermo se queja de dolores en el coxis y calambres, exactamente como los que se experimentan, por haber permanecido largo tiempo sentado o por haber viajado en coche en una carretera detestable. Las piernas tiemblan y fácilmente se fatigan, sobre todo en la mañana. La pérdida de fluidos vitales produce marcada agravación de estos síntomas. Por ejemplo, el coito o la emisión seminal es seguida de un dolor de magulladura en todo el cuerpo. También puede haber síntomas medulares que revelen la ataxia locomotriz” (Farrington).

24. Cicatrices en piel: abiertas, dolorosas (punzantes, aguijoneantes, se vuelven doloridas), duras, pruriginosas, se vuelven rojas, brillantes, deprimidas, nódulos. Heridas con tendencia a cicatrizar lentamente. Acné en la cara con cicatrices, en pecho antiguas cicatrices supurativas (en mamas), hinchazón de las mamas por cicatrices, absceso en región cervical en antiguas cicatrices, cicatrices en la córnea.

“Si el individuo recibe una pequeña herida ésta supura y la cicatriz se endurece, es dura y nodular. A lo largo del vestigio de una cortadura de cuchillo, existe un depósito fibrinoso debido a una lenta y deficiente nutrición. Una úlcera antigua cicatriza con endurecimiento. Donde se forman los tejidos de la cicatriz, son endurecidos, brillantes, lustrosos. Si se suministra Silicea en tales casos, provoca abscesos en estas cicatrices y los abrirá. Abrirá úlceras antiguas y las curará con una cicatriz normal” (Kent).

Silicea por Lathoud

Silicea por Kent

Silicea por Farrington