Por Iván Navas. Octubre 30, 2017
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Lycopodium clavatum, polen de licopodio, pie de lobo, muscus clavatus, sulphur vegetalis o azufre vegetal, es un gran musgo de la familia Licopodiáceas, con pedúnculos redondos terminados en dos pequeñas espigas cilíndricas, pares, compuestas de cápsulas reniformes. Los esporos de estas cápsulas forman el polvo de Lycopodium, que es amarillo, pálido, fino, muy liviano y extremadamente inflamable; de ahí el nombre de azufre vegetal. Cada uno de estos esporos está cubierto por un caparazón muy grueso y duro que la materia médica oficial considera inerte. En realidad, encierra una pequeña cantidad de sustancia aceitosa, activa, que se pone en libertad por trituración (Lathoud). Su principio activo es la polenina. Para su preparación se hace la tintura con los esporos, triturándolos en un mortero de porcelana hasta lograr una masa pastosa y uniforme, y luego se procede a la maceración conforme a la regla 4. El primero que lo experimentó fue Hahnemann y su patogenesia se encuentra en el libro “Las Enfermedades Crónicas” (Uribe).
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Síntomas característicos
1. Falta de confianza en sí mismo. Este sentimiento de minusvalía o de inferioridad es el eje central de la patología mental de Lycopodium, y condiciona los otros síntomas mentales característicos y los siguientes síntomas del repertorio: Sensación de desvalido, timidez (vergonzosa; de aparecer y de hablar en público, pero es capaz), carácter débil, pusilánime, voluntad débil o perdida de la voluntad, irresolución o indecisión (por bagatelas, en sus actos, para casarse por avaricia, al despertar), falta de iniciativa, aversión a las nuevas ideas, emprende muchas cosas y no persevera en ninguna, inconstancia, anhela o ansia la buena opinión de los demás, duda de su recuperación y de su salvación, suspicaz, se muerde las uñas, desea la compañía (agrava cuando está solo), ansiedad por el futuro, trastornos por anticipación. Miedo: del fracaso, de fracasar en los negocios, de su posición social, de aparecer en público, a emprender cualquier cosa (una nueva empresa), de ser incapaz de alcanzar su destino, durante el coito, durante el embarazo, de envejecer, de la gente (en niños), de los hombres, de las mujeres (en hombres), de los extraños, de estar solo, al despertar.
“El paciente de Lycopodium tiene aversión a emprender algo nuevo, a aparecer en cualquier nuevo papel, aversión a su propio trabajo. Teme que le suceda algo u olvidarse de algo. Le afecta el temor siempre creciente de aparecer en público y, sin embargo, también suele horrorizarlo la soledad. Profesionales que tienen que aparecer en público, sienten una sensación de incompetencia, de incapacidad para desempeñarse en sus tareas, a pesar de que estén habituados a ellas desde hace muchos años. El abogado no puede pensar en aparecer ante los tribunales; lo dilata, lo demora hasta verse obligado a ello, porque teme dar traspiés, cometer errores, olvidarse de algo. Y, sin embargo, al hacerse cargo de ello, lo realiza con facilidad y cómodamente. Esta es también una característica notable de Silicea. Ninguna medicina tiene este temor tan marcado como estas dos” (Kent).
2. Altivo, arrogante u orgulloso: rígido y pretencioso, estúpido. Presuntuoso, fanfarrón (desea ser considerado rico), vanidad, egotismo, adulador, da cualquier cosa si es adulado, pomposo o importante, despreciativo, duro con los subordinados y amable con los superiores, dictatorial (habla con tono de mando, deseos de poder), insolencia (de sirvientes a patrones), grosería o rudeza (de los empleados a los jefes). Ambición (de hacer dinero, por todos los medios posibles), avidez o codicia, envidia (y codicia, las cualidades de los otros). Ilusiones que es un gran personaje.
“El orgullo de Lycopodium se hace ostentoso, mira de arriba hacia abajo, como si estuviera un escalón más alto que los otros. Habla con autoridad, con gestos adustos, frunce el entrecejo, arruga la frente y con firmes ademanes. Trata de desanimar a sus contrarios, de asustarlos y de disminuirlos; por eso también es despreciativo de los valores ajenos… Es interesante resaltar las diferencias con Silicea, el otro gran minusválido de la materia médica. Lycopodium reacciona en contra de su inseguridad con un hipertrófico orgullo, y acepta la lucha, enfrenta a la gente y compite, buscando elevarse de entre todos para sobresalir, ser más, acceder al halago y al poder. Silicea, en cambio, acepta sus limitaciones, pero merced a su gran amor propio trata de superarse, con responsabilidad, autoexigencia y dedicación, que lo lleva a un excesivo perfeccionismo, con el cual tratará de hacer méritos para ser aceptado y considerado, conformándose solamente con no ser menos. Lycopodium se forma para mandar; Silicea para ser mandado y cumplir eficientemente. En Silicea predomina la responsabilidad, eficiencia y modestia; en Lycopodium el orgullo, autoritarismo y soberbia” (Draiman).
3. Cobardía. De ahí síntomas como los miedos: de bagatelas, constante de todo, de la muerte, a la sofocación, en una multitud, de que se le acerquen otros, de estar solo, de los fantasmas, de la oscuridad, de una tormenta eléctrica, por ruido (en la puerta), del timbre de la puerta, de que algo sucederá, de lugares altos, en un lugar estrecho, de túneles, en los niños; ansiedad por la salud. Disposición dócil o complaciente, deseo de compañía, huye de sus propios hijos y los abandona, asustadizo fácilmente (por bagatelas), trastornos por susto. La idea del matrimonio le parece intolerable.
“El tema principal en Lycopodium tiene que ver con la cobardía. Interiormente, los pacientes Lycopodium luchan constantemente contra la cobardía (moral, social y física). Se sienten débiles e inadecuados, incapaces de cumplir con sus responsabilidades en la vida, y, por ello, las evitan… Se observa comúnmente en tales pacientes una larga historia de relaciones de una noche, en las que el paciente busca satisfacción y después desaparece sin más responsabilidad… Generalmente abandonará antes de quedar «acorralado» por las responsabilidades del matrimonio, hijos o incluso otras formas de compromiso en la vida… En la segunda fase del desarrollo de la patología Lycopodium, la cobardía se vuelve más intensa. Entonces muchos miedos se hacen evidentes. Lycopodium puede sentirse aterrorizado por casi todo (estar solo, la oscuridad, fantasmas, incluso perros desconocidos). Por eso los pacientes Lycopodium, aunque sean básicamente seres solitarios por su temor a asumir responsabilidades, desean la compañía de otras personas, pero en la habitación de al lado. Hay un gran temor al sufrimiento de cualquier tipo; así, el paciente Lycopodium puede volverse ansioso por la salud hasta el punto de la hipocondría” (Vithoulkas).
4. Cólera: fácilmente, por contradicción, por bagatelas, violenta, consigo mismo, pensando en personas ausentes, al despertar, por la mañana (al despertar), al anochecer, en niños. Irritabilidad: antes y durante la menstruación, en niños (cuando está enfermo, empuja a la enfermera, buenos toda la noche y enojados todo el día). Se ofende fácilmente, reproches a sí mismo y a los demás, malhumorado (al despertar), hosco, rabioso, insultante (en niños, hijos que insultan a sus padres), maldice, escupe, muerde la almohada, patea (en niños, el niño está malhumorado y patea y refunfuña al despertar), golpea (a los presentes, con rabia, objetos imaginarios a su alrededor, en niños). Trastornos por: cólera (reprimida, con pena silenciosa, con ansiedad, con indignación), contradicción, egotismo, discordia entre jefe y subordinados, dominación (en los niños), mortificación, rudeza de otros, decepción, por ser engañado, ser rechazado.
“Una de las conductas que le permiten superar su inferioridad es su mal carácter; tiene alternancias extremas de humor o éste es muy cambiante y caprichoso, pero lo más frecuente y habitual es una extrema irritabilidad, especialmente cuando lo contradicen” (Vijnovsky).
“El paciente de Lycopodium es más bien impaciente e irritable y fácilmente se enoja. Otras veces la tristeza o el llanto son notables. Cuando están enfermos tales sujetos, son propensos a mostrarse tiránicos y bastante imperiosos en sus modales o a darse cierto grado de importancia, de tal manera que ordenan a los otros en forma colérica y vehemente… El niño después del sueño despierta enojado e irritable, arrojando las ropas y tratando de pegar a todos los que le rodean o se levanta asustado buscando a la mamá para que le proteja contra algo alarmante. Aun cuando este síntoma pueda aparecer insignificante, no lo es de ningún modo; es el principio de alguna enfermedad y si no es atendido, el estupor y la inminente parálisis cerebral se presentarán” (Farrington).
5. Agravación a las 16 horas o de 16 a 20 horas. A las 16 horas agrava o presenta: ansiedad, debilidad, fiebre, escalofrío, sed, dolor de cabeza, dolor en el ojo, visión neblinosa o nublada después de dormir, perdida de la visión, epistaxis, ruidos en los oídos, dolor en los dientes, sed, distensión en abdomen, dolor en abdomen (calambroide), flatulencia, diarrea, dolor a los lados del pecho, dolor en el esternón, inflamación de los pulmones, tos, micción de goteo, dolor en los hombros, debilidad en los pies, erupciones en piel comenzando a las 16 h. De 16 a 20 horas agrava o presenta los síntomas: llanto, concienzudo, fiebre, escalofrío, dolor de cabeza (en vértex), dolor en la cara, dolor en el ojo, distensión en abdomen, dolor en riñones, diarrea, tos, adormecimiento con escalofrío en los pies.
“Los malestares que requieren Lycopodium fácilmente empeoran en horas fijas, que son de las 16 a las 20 horas, periodo en que se exacerban tanto los sufrimientos agudos como los crónicos. En ese lapso de tiempo el escalofrío y la fiebre empeoran, y tanto en la tifoidea como en la escarlatina se observa el mismo horario de exacerbación. Así también en los ataques gotosos, en la fiebre reumática, en las inflamaciones en general, en la neumonía, catarros agudos de las mucosas, disturbios todos que pueden hacer pensar en Lycopodium cuando existe una agravación decisiva de las 16 a las 20 horas” (Kent).
6. Agravación del lado derecho o del lado derecho y luego izquierdo. Con valor tres en el repertorio se encuentran los siguientes síntomas en el lado u órgano derecho: convulsiones, cabeza contraída, trastornos oculares, aflujo de sangre al oído derecho, molestias de la cara, dolor en abdomen (calambroide), dolor en el hipocondrio derecho (después de comer hasta la saciedad, extendiéndose a la espalda), dolor en uréter, trastornos en el ovario derecho como agrandado o inflamado o tumores o dolor (extendiéndose al izquierdo), trastornos del pecho, dolor en el hombro, dolor en el nervio ciático, y parálisis en el miembro superior derecho.
“Lycopodium afecta en forma predominante el lado derecho o, al menos, los trastornos tienen su comienzo en el lado derecho. Más de una vez he hecho abortar la tumefacción y la supuración de la región tonsilar (derecha) en personas propensas a sufrir de absceso peri amigdalino, dándoles precozmente una dosis de este remedio… En la difteria, si la enfermedad comienza en la nariz o en la amígdala derecha y se extiende a la izquierda, debemos pensar en Lycopodium… Los dolores en el abdomen y en las regiones ovárica y uterina, también comienzan en el lado derecho y pasan de la derecha a la izquierda. El pie derecho se enfría, en tanto que el otro permanece caliente. Las erupciones empiezan a la derecha y se propagan al lado izquierdo. Lo mismo sucede con la ciática. Cualquier afección que comienza a la derecha y pasa a la izquierda me hace pensar en Lycopodium” (Nash).
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Síntomas importantes
1. Llanto: cuando le agradecen, por ingratitud, por admonición, deseo de llorar todo el tiempo, sin causa, durante las convulsiones; durante el escalofrío, la fiebre y la transpiración; antes de la menstruación, antes de la micción, en niños, por la tarde (de 16 a 20 horas), con sollozos, le mejora.
“El paciente Lycopodium suele llorar en el acto de recibir a un amigo o de encontrarse con alguna relación. Al recibir un regalo se ve atacado de una tristeza desacostumbrada, con llanto. Llora también ante la menor alegría, por lo que vemos que el paciente Lycopodium es muy nervioso, sensible, emotivo. Así lo vemos: “Sensible, llega hasta a llorar cuando se le agradece algo”” (Kent).
2. Debilidad de la memoria: para expresarse, para las palabras, para los nombres propios, para los nombres de las letras, para la ortografía, para lo que ha leído. Comete errores: de cálculo, al escribir (usa palabras o sílabas incorrectas, omite palabras o sílabas o letras, añade o traspone letras), al hablar (usa palabras o sílabas incorrectas, invierte palabras o letras, omite o traspone palabras, deletreando), al leer invierte letras y palabras.
“En Lycopodium nos encontramos una memoria siempre débil, por lo que la droga a menudo estará indicada, cuando hay frecuentes errores al hablar. El enfermo olvida las palabras o las sílabas. No puede leer porque el significado de ciertas palabras le es confuso; no puede encontrar la palabra que necesita al hablar. Pero si el argumento es de importancia, como para poner de manifiesto su energía, las palabras le salen con facilidad” (Farrington).
3. Insania: altiva, dictatorial, reprocha a los demás, con envidia, con taciturnidad, puerperal. Delirio: rabioso, murmurante, durante el sueño. Ilusiones: de estar enfermo, que ha descuidado su deber, que está en diferentes lugares a la vez, ve fantasmas. Demencia senil (prematura).
4. Fiebre: de un lado, al anochecer (18 a 20 horas), ardiente a las 4 horas durando varias horas, paroxística en breves ataques, continua al anochecer, remitente al anochecer, intermitente, cuartana, escalofrío ausente a las 16 horas, escalofrío seguido de calor, escalofrío seguido de transpiración sin intervenir calor, héctica, séptica, zimótica, tifoidea, puerperal, en la escarlatina, fiebre de heno. Durante la fiebre presenta (con valor tres en el repertorio): sed de pequeñas cantidades, sobresaltos en el sueño, relajación física, dolor muscular (desgarrador), dolor desgarrador en extremidades, hinchazón de la cara y de los pies, dolor en el ojo, obstrucción nasal, dificultad respiratoria, inflamación de los pulmones en fiebre tifoidea, estreñimiento con urgencia y esfuerzo ineficaz.
“En los estados febriles nos lo encontramos algunas veces indicado por el escalofrío que se presenta entre las tres y las cuatro de la tarde cada tercer día o diariamente. Este frío va seguido de sudor sin calor intermediario. O puede caracterizarse el caso por el escalofrío que se presenta a la misma hora, acompañado de vómitos agrios, con o sin calor” (Farrington). “El escalofrío puede empezar en la espalda. No hay sed durante el escalofrío, pero hay sed durante la fiebre y después del periodo de sudor. El sudor es de olor agrio” (Pierce).
5. Sensación de calor o caluroso, oleadas de calor (al anochecer, extendiéndose hacia arriba), agrava por el calor de la habitación y de las envolturas. Calor en: cara (sofocos), ojos (durante el dolor), genitales femeninos, pecho (parte eterna), espalda (región dorsal, entre las escápulas) y extremidades: manos, muñecas, caderas, nalgas, pies (plantas, calor en un pie y frialdad en el otro). Falta de calor vital (y agrava por el calor).
6. Intolerancia a la ropa, que agrava con su presión y mejora aflojándola. Agrava por la presión de la ropa: la respiración, el dolor de estómago y del abdomen. Dolor de cabeza por presión del sombrero (y le tiene aversión). Mejora aflojándose la ropa: la sensación de plenitud del estómago después de comer, la distensión abdominal y la fiebre.
7. Emaciación: en niños, jóvenes lánguidos, en gente mayor, en parte superior del cuerpo (acompañada de miembros inferiores bien nutridos), extendiéndose hacia abajo, de partes afectadas, con apetito voraz (en niños), por pérdida de fluidos animales. Gente delgada. Hombros caídos.
“Lycopodium actúa favorablemente en todas las edades, pero particularmente sobre los viejos y los niños. Actúa sobre personas de intelecto agudo, pero de pobre desarrollo muscular; personas delgadas con propensión a los trastornos pulmonares y hepáticos. Tales personas están predispuestas a sufrir de diátesis úrica, para la cual éste es también un gran remedio. El sujeto de Lycopodium es de cutis amarillento, emaciado, con surcos prematuros en la cara; aparenta más edad que la que tiene. Los niños son débiles, con su cabeza bien desarrollada, pero el cuerpo es pequeño y enfermizo” (Nash).
“Indicado para los estados de falta de nutrición, y es usado con más frecuencia para las personas extenuadas que para las bien nutridas. Se dice que la extenuación es especialmente de la parte superior del cuerpo, y una indicación para el remedio en los niños es cuando parecen arrugados y envejecidos prematuramente” (Pierce).
8. Dolor de cabeza: pulsante, desgarrador, por esfuerzo mental, por luz, por olores fuertes, de 16 a 20 horas, por la noche, acostado, ayunando (si no sacia su hambre de inmediato), calentándose, por el calor de la cama, en una habitación, al envolverse la cabeza, enfriándose, por esfuerzo de los ojos, al caminar (mejora al caminar al aire libre), por sacudida, al viajar en un vehículo, durante la coriza, durante la tos, gástrico, durante la menstruación, periódico, mejora al aire libre.
“Lycopodium es propenso a dolores periódicos de cabeza, relacionados con problemas gástricos. Si se le pasa la hora de cenar, la ataca una cefalea. Debe comer con regularidad o de lo contrario lo afecta la cefalea a que es propenso. Lycopodium y especialmente Phosphorus y Psorinum, tienen cefaleas con mucho apetito. El dolor de cabeza de Lycopodium empeora con el calor, con el abrigo de la cama y acostándose, y mejora con el frío o por tener las ventanas abiertas. Chicos delgados, enflaquecidos, son víctimas de prolongados dolores a la cabeza. Cada vez que este pequeño se resfría sufre un dolor de cabeza prolongado, con latidos, congestivo, y día a día, mes a mes, va enflaqueciendo cada vez más, especialmente alrededor de la cara y el cuello. El dolor de cabeza es pulsante, presivo, como si la cabeza fuera a estallar; pero no es tan importante como la forma en que se presentan, como las causas que los motivan, lo que el niño hace y el hecho de que mejoran con el frío, empeoran con el ruido y la conversación, empeoran de 4 a 8 p.m. y que el paciente enflaquece desde arriba hacia abajo” (Kent).
9. Cara: arrugada (cejas, frente y mejillas); coloración: pálida, amarilla, grisácea (amarillo), de apariencia sucia, enfermiza, azulada (labios, círculos alrededor de los ojos u ojeras), roja (circunscripta, después de comer); venas distendidas (redes como mármol); acné; pecas; caída de la mandíbula. Tendencia a fruncir el ceño. Cabello: gris o canoso, caída (del vértex, después del parto, en la menopausia, en placas, en puñados), calvicie (en placas).
“Es un remedio en que debe pensarse para el encanecimiento prematuro, precedido o acompañado de resequedad del cuero cabelludo. Puede haber caída del cabello en el cuero cabelludo, con aumento en otras partes del cuerpo, o, de acuerdo con Lippe, “calvicie después de las enfermedades de la víscera abdominal y después del parto”” (Pierce).
10. En ojos: trastornos oculares del ojo derecho, trastornos conjuntivales, coloración roja de los párpados, aglutinado, inflamación (artrítica, en párpados), sequedad, lagrimeo, secreciones purulentas, ulceración de los párpados, grietas en párpados y en las comisuras, párpados granulosos, equimosis, fotofobia, sensación de cansancio, mirada fija, orzuelos, arco senil, catarata. Dolor: de 16 a 20 horas, punzante al anochecer mirando la luz, punzante mirando cualquier cosa blanca o roja o al sol, durante el calor, durante la fiebre y la transpiración.
“Con frecuencia se olvida a Lycopodium en las enfermedades de los ojos, siendo un remedio que presta mucha utilidad, aun cuando está indicado con especialidad en los casos que han llegado a hacerse crónicos; puede hacerse uso de él, cuando los párpados están resecos y granulosos habiendo comezón; en la retinitis pigmentada y aún en la catarata. También curará los orzuelos, especialmente si aparecen cerca de la comisura interna de los párpados” (Farrington).
“En la vista Lycopodium es de gran valor para la ceguera nocturna, especialmente cuando va acompañada de visión de manchas negras flotando a corta distancia de los ojos. Con este remedio se ha detenido el progreso de la catarata, siendo la clave para su uso los síntomas gástricos que la acompañan, los cuales se tomaran en su orden respectivo” (Pierce).
11. En oídos: inflamación (meato, medio), dolor (desgarrador), sensación de tapado, aflujo de sangre al oído derecho, y secreciones: icorosas, fétidas, malolientes, purulentas, después de escarlatina. Ruidos en el oído: campanilleo, zumbidos, zumbido de abeja, reverberaciones, torrente, rugidos (por la tarde, a las 16 horas). Erupciones en oído: casposas, eczema, purulentas, detrás de los oídos, meato.
“Para los oídos Lycopodium es un remedio importante, porque este mismísimo chico que adelgaza con la cara arrugada (o envejecida) desde un ataque de escarlatina, sufre secreción de oídos, espesa, amarilla y desagradable, con pérdida de la audición. Si se administra el remedio adecuado en un caso de escarlatina no habrá inconvenientes en el oído, porque estos no corresponden necesariamente a la escarlatina. No forman parte de ésta, pero en cambio dependen del estado constitucional del niño. Lycopodium tiene también dolorosísimas erupciones en las orejas, otitis media, absceso en el oído, relacionados con eczema alrededor y detrás de las orejas” (Kent).
12. Coriza: con ataques violentos, con tos, crónica, con o sin secreción. Catarro: seguido de trastornos de los senos frontales, post-nasal, derecho. Hinchazón e inflamación de la nariz, estornudos frecuentes, picor en el interior, picotearse la nariz, fiebre de heno, olfato agudo (a los olores fuertes). Secreción: amarilla, gris, purulenta, viscosa, costras o escaras internas. Sorbiendo: en niños, en recién nacidos. Líquidos salen a través de la nariz al intentar tragar. Sequedad en el interior y en coanas posteriores. Obstrucción nasal: de un lado, con secreción, con pus, por la noche, durante el sueño, durante la fiebre, en niños (lactantes), debe respirar por la boca.
“Es útil en el coriza agudo, con inflamación de la nariz exteriormente y obstrucción interna, siendo la obstrucción en especial peor por la noche. En ambos estados, el agudo y el crónico, hay una sensación de sequedad de la membrana mucosa posteriormente, y un flujo excoriante en la parte anterior, o podemos encontrar, en ambos estados, sequedad de toda la membrana mucosa nasal, con la formación de escaras o costras” (Pierce).
“Los inconvenientes en Lycopodium suelen empezar en la infancia. El pequeño evidencia al principio una peculiar respiración ruidosa por la nariz, hasta que finalmente sólo respirar por la boca, pues aquélla está obstruida. Esto continúa días y meses. El niño respira solamente por la boca y cuando llora lo hace como si fuera un chillido, como el que sale cuando la nariz está tapada. Si lo observamos veremos que la nariz está llena de un material purulento y que en la garganta cuelga una secreción muco-purulenta. La nariz tapada es un estado crónico de Lycopodium. El niño sufre este inconveniente hasta que se le forman grandes costras amarillas, a veces negruzcas, a veces verdosas, y la nariz sangra. Adultos con viejos catarros crónicos se suenan continuamente la nariz. No pueden respirar por la nariz durante la noche, pues se forman costras internamente. La secreción mucosa es casi tan espesa y pertinaz como en Kali bichromicum” (Kent).
13. Tos: seca (en niños, en jóvenes emaciados), constante, como por polvo, por cosquilleo (en laringe), por irritación (en la laringe, en los bronquios y en la tráquea), al anochecer, por la noche, al dormirse, impide dormir, mejora por bebidas calientes. Expectoración: copiosa, mucosa, blanca, amarilla, verdosa, grisácea, herrumbrosa, sanguinolenta, purulenta, de gusto salado, olor maloliente. Respiración dificultosa: durante la fiebre, acostado de espalda, después de esfuerzo, como si hubiera inspirado humo de azufre; respiración: acelerada, anhelante o jadeante, con traqueteo, detenida por la noche.
“Tiene tos irritante, como si fuera ocasionada por la inhalación de vapores de azufre, con expectoración gris salada. Tiene también una tos repentina, violenta por picazón y cosquilleo en la laringe, como si se le hicieran cosquillas con una pluma, con expectoración escasa. Cuando hay expectoración escasa, en este remedio, la tos es violenta y afecta o sacude el estómago o el abdomen. Un síntoma único es el clínico que nos da Allen, «tos “que empeora algo bajando más bien que subiendo un cerro” (Pierce).
14. Inflamación de los pulmones (neumonía): derecho, desatendida, en niños, cruposa, en la tifoidea. Inflamación de los bronquios (bronquitis): bronconeumonía, crónica, en viejos. Movimiento de las alas de la nariz como un abanico: en la neumonía, en el asma, con palpitaciones.
“Lycopodium muchas veces ha salvado casos de neumonía desatendidos, mal tratados o imperfectamente curados de una casi segura evolución hacia la tuberculosis. Puede estar indicado también para las últimas etapas de la enfermedad aguda, especialmente si surgen complicaciones hepáticas, y en tal caso, como es habitual, el proceso neumónico probablemente asiente en el pulmón derecho. La enfermedad ha pasado la primera etapa o etapa congestiva y generalmente también la etapa de hepatización, o se halla en la última fase de esta etapa y está tratando penosamente de tomar un curso favorable hacia la terminación o tercera etapa: la etapa de resolución. Es precisamente en este momento cuando muchos pacientes mueren, porque no se produce una expectoración fácil ni una completa resorción del material patológico. Hay una extrema disnea; la tos resuena como si todo el parénquima pulmonar estuviera reblandecido y ni siquiera la expectoración de bocanadas del exudado produce alivio; la respiración es superficial y las alas de la nariz están dilatadas al máximo y animadas de una especie de movimiento de aleteo. Este es el momento en que Lycopodium hace maravillas. Pero, además, Lycopodium es también indispensable cuando esta etapa ha sido pasada imperfectamente y el paciente todavía tose y expectora abundante materia espesa, amarilla o amarillo-grisácea, purulenta (a veces fétida) y de sabor salado, y tiene muchos rales en el pecho” (Nash).
15. En estómago: después de comer presenta pesadez, distensión (que no mejora con los eructos) y sensación de plenitud (incluso después de comer muy poco); vacío que no mejora por comer, indigestión (por la cebolla), inflamación, acidez, hipo, eructos (ácidos, acres, amargos, vacíos, pirosis), náuseas, vómito, úlceras, cáncer; dolor: presivo después de comer un poco, por la presión, por la ropa, doblado hacia adelante, por la tarde, durante la tos.
“Lycopodium es de valor en la dispepsia ácida, con eructos agrios y ardor en el estómago, la región epigástrica se distiende y se pone extremadamente sensible al tacto; en la dispepsia crónica, en que los alimentos sólidos provocan dolores atormentadores y algunas veces vómito; y en la dispepsia atónica, con digestión lenta e hinchazón del estómago y del abdomen. Podemos tener eructos incompletos, subiendo solamente hasta la faringe, en donde causan ardor. Es útil en la gastritis crónica, con dolores ardientes y pirosis, y para la induración escirrosa del orificio pilórico del estómago, con vómito de sangre, ardor y la extremada distensión y marcados eructos tan característicos del remedio. Acompañando la distensión flatulenta de Lycopodium, podemos tener hipo, que se empeora después de cada comida” (Pierce).
16. Apetito: falta de apetito, sin apetencia hasta que empieza a comer, de fácil saciedad; o incrementado (por la noche, después de comer), voraz (pronto después de comer), insaciable. Deseo de dulces, aceitunas; mejora con la bebida y comida caliente; agrava al comer cebolla, col, raíces vegetales, frijoles, guisantes, mejillones, ostras, chocolate, vino, y bebida y comida fría. Sed: de pequeñas cantidades (durante la fiebre), después de la transpiración.
“Este remedio produce una sensación de saciedad que alterna con una sensación de hambre de una especie particular. El paciente se sienta a la mesa con mucho apetito, pero unos pocos bocados lo llenan y experimenta una sensación penosa de plenitud; en un sentido figurado, «demasiado lleno para expresarse con palabras». Esta alternancia de hambre y saciedad no se halla en forma muy marcada en ningún otro remedio” (Nash).
17. Distensión del abdomen: timpánica, por la tarde (de 16 a 20 horas), después de comer (pequeñas cantidades), después de la defecación, antes de la menstruación, después del parto, mejora al eructar y al eliminar flatos. Flatulencia: aquí y allá, dolorosa, obstruida (en colon descendente por estreñimiento), acompañada de coloración blanca de la lengua, por la tarde (a las 16 horas), después de comer, antes y después de la defecación, durante la menstruación. Borborigmo: ruidosos, que mejora al eliminar flatos. Sensación de burbujeo en el abdomen como si hubiera burbujas moviéndose de un lado a otro.
“El paciente de Lycopodium tiene mucha flatulencia, tiene el abdomen distendido como un tambor, por lo que apenas puede respirar, pues el diafragma, empujado hacia arriba, disminuye la capacidad toráxica y produce disnea, palpitación cardiaca y sensación de desvanecimiento. Este paciente dice a menudo al médico: doctor, todo lo que como parece que se convierte en aire. Después de pocos bocados de alimento el vientre se hincha, impidiéndole comer después, y tiene la sensación que aun siendo poco el alimento le llena hasta la garganta. Cuando el abdomen es así de distendido, el paciente se pone tan nervioso que no puede soportar ningún ruido; el que hace un papel al ser arrugado, el de los timbres, los portazos, todos parecen atravesarlo y le provocan desvanecimientos” (Kent).
“Este es uno de los integrantes del trío principal de los remedios flatulentos; los otros dos son Carbo vegetabilis y China. En el caso de Lycopodium parece existir una agitación casi constante de los gases en el abdomen, que produce borborigmos y fuertes ruidos como de graznidos. Recordemos esto: China hincha todo el abdomen, en tanto que Carbo vegetabilis prefiere la parte superior del vientre y Lycopodium la inferior. En Lycopodium este meteorismo es muy probable que aparezca vinculado con trastornos hepáticos crónicos. Además, los borborigmos a menudo se localizan particularmente en la región de la flexura esplénica del colon o hipocondrio izquierdo” (Nash).
18. Padecimientos del hígado: funcionales, extendiéndose hacia atrás al lado derecho, hidropesía acompañada de ascitis. Dolor: cólico por cálculos biliares, dolorido, presivo, por mortificación, después de comer hasta la saciedad, al tacto, después de la defecación, extendiéndose a la espalda. Hígado agrandado, congestionado (crónico), hinchado, inflamado (crónico), duro, absceso, degeneración grasosa, atrofia, cáncer.
“Es útil para la inflamación crónica del hígado, con dilatación, pesadez y dolencia, y es útil como paliativo, en la cirrosis del hígado. Debe tenerse presente en la hidropesía abdominal, debida a enfermedades hepáticas crónicas, así como para las manchas oscuras del cloasma, manchas hepáticas, cuando aparecen en el abdomen… y para los cólicos por los cálculos biliares” (Pierce).
“Hipocondrio derecho hinchado como en muchos disturbios del hígado, ataques biliosos recurrentes con vómitos de bilis, cólicos por cálculos hepáticos. Después de suministrar Lycopodium los ataques son menos frecuentes, la secreción de la bilis se presenta normal y los cálculos toman una apariencia esponjosa, como si tendiese a disolverse” (Kent).
19. Estreñimiento: evacuación difícil, urgencia y esfuerzo ineficaz (durante la fiebre), insuficiente, crónico, por hábitos sedentarios, cuando está lejos de casa, por sequedad del recto, durante el embarazo, en niños; durante la fiebre, el escalofrío y la transpiración. Heces: secas, duras (seguidas de heces fluidas), nudosas, llenas de bultos, delgadas, de color claro, amarillas, marrones.
“Este paciente tiene una constipación sumamente molesta. Pasa días enteros sin desear nada, y aunque tiene el recto lleno, no hay urgencia por mover el vientre. Inactividad del tubo intestinal. Urgencia inútil por mover el vientre. Deposición dura, difícil, pequeña e incompleta. La primera parte de la deposición es dura y le cuesta salir, pero la última parte es blanda y delgada y a borbotones, seguida por desvanecimientos y debilidad. Los pacientes Lycopodium pueden tener diarrea y deponer heces de aspecto polimorfo. Podrá verse, entonces, que la característica de Lycopodium no está en la deposición. Cualquier clase de diarrea, si están presentes los otros síntomas de Lycopodium, es curada por él” (Kent).
“En Lycopodium predomina la constipación y, al igual que en Nux vomica, pueden existir frecuentes e ineficaces deseos de deponer, pero en el caso de Nux vomica, están provocados por una irregularidad de la actividad peristáltica, en tanto que los de Lycopodium parecen estar causados por una contracción espasmódica del ano que impide la defecación y produce un gran dolor” (Nash).
20. Hemorroides: crónicas, externas, internas, grandes, salen protuberantes (durante la defecación), duras, azuladas, dolorosas, con picor y dolor en el recto, por contacto, durante el embarazo, acompañadas de estreñimiento. Hemorragia del ano: durante o después de la defecación. Síntomas mentales y tos después de suprimir las hemorroides.
“Lycopodium está indicado en las hemorroides sangrantes, que producen una enorme cantidad de sangre, mucho más considerable, que la que pudiera producir en proporción con el tamaño de la vena interesada. También lo encontramos indicado en las hemorroides que no sangran, pero que, por absorción de su contenido, quedan como masas duras y azulosas” (Farrington).
21. Fiebre tifoidea: con insultos, tartamudeo, movimientos involuntarios de las manos, tics espasmódicos, debilidad, audición aguda, secreción de moco, inflamación de los pulmones, distensión abdominal timpánica, hígado agrandado, ictericia, micción involuntaria.
“Lycopodium no es un medicamento indicado en el comienzo de la fiebre tifoidea, pero cuando la enfermedad ha avanzado a pesar de nuestro tratamiento hasta un estado muy alarmante, entones sí. Los síntomas que nos guíen para la elección del medicamento, son los siguientes: el enfermo llega a caer en estupor; yace con la mandíbula caída; los ojos entreabiertos; la conjuntiva cubierta por una capa vidriosa de moco; la orina es expulsada involuntariamente. Después, en la fiebre tifoidea típica, está indicado hacia el catorceavo día, cuando se ha desarrollado de un modo completo, cuando el rash correspondiente a la enfermedad no aparece y el enfermo entra en estado de inconsciencia, con delirio musitante, arrojando las ropas de su cama y se presenta la carfología; el abdomen está dilatado; hay flatulencia ruidosa y estreñimiento; sacudimiento repentino de los miembros en distintas direcciones; respiración de orina; si esta sale, deja en las ropas de la cama una arena rojiza. Se trata de una reacción deficiente, que terminará de manera fatal si no se remedia con rapidez… En estos estados tifódicos encontramos una indicación para Lycopodium en la lengua; parece como hinchada y el enfermo no puede sacarla, y cuando lo hace, oscila de un lado a otro como péndulo; casi siempre la lengua está seca y tiene vesículas. Son estos suficientes síntomas para asegurar la elección de Lycopodium” (Farrington).
22. Molestias urinarias: Vejiga: piedras o cálculos; dolor (presivo, en cistitis); inflamación; micción: dolorosa (acompañada de litiasis, el niño llora antes de comenzar a orinar), retardada debiendo esperar para comenzar a orinar, involuntaria, frecuente, urgente; retención de orina (dolorosa). Riñones: dolor que mejora por la micción y después de la micción y se extiende debajo de los uréteres, inflamación, piedras, supresión de orina. Orina: copiosa (al anochecer o por la noche), lechosa, turbia (cuando queda de pie por un rato), de color amarillo naranja, espumosa, albuminosa (durante el embarazo, después de escarlatina), con azúcar, con elementos microscópico de uratos; con sedimento: color rojo ladrillo, turbio, de arena (rojo, grava).
“Los riñones proporcionan muchos síntomas y pueden ser, en muchos casos, la llave para Lycopodium. Parece existir la misma inactividad en la vejiga que en el recto. Aunque el paciente se esfuerza mucho, debe esperar largo tiempo para que pase la orina. Fluye lentamente y con un chorro débil. La orina está frecuentemente sucia con polvo de ladrillo o con depósitos de arena colorada o, al removerla, parece el sedimento de la sidra en fermentación. Hallamos este estado en las fiebres, en etapas agudas de la enfermedad. En los síntomas crónicos, cuando el paciente se siente mejor y aparece arena colorada en la orina. Lycopodium tiene retención de orina y supresión de la misma. En la tifoidea y en las fiebres graves tiene «mojadura de la cama» en los pequeños, micción involuntaria en el sueño. Característica notable de Lycopodium y una de las que más se destacan entre todos los remedios, es la poliuria por la noche. El paciente debe levantarse varias veces por la noche y orinar grandes cantidades, y en cambio durante el día la micción es normal. Puede observarse también cantidad de orina muy clara y de bajo peso específico” (Kent).
“Lycopodium es el principal remedio para la «arenilla roja en la orina». No se trata simplemente del sedimento rojizo que comúnmente se denomina «sedimento de polvo de ladrillo» y que se lo encuentra en muchos remedios, sino de un verdadero sedimento arenoso que se deposita en el fondo de una orina, por otra parte, perfectamente límpida. A menos que este estado sea corregido, tendremos, tarde o temprano cálculos renales grandes o pequeños, y terribles crisis de cólico renal. En los niños se suele hallar esa «arenilla» en el pañal después de intensas crisis de llanto y en los adultos existe mucho dolor en la región renal, que se alivia después de la emisión de una orina que contiene la arenilla. Ningún otro medicamento puede remediar estos casos más rápida o permanentemente que Lycopodium” (Nash).
23. Trastornos de los ovarios (principalmente el derecho): dolor (punzante, taladrante, cortante, en ovario derecho extendiéndose al izquierdo), agrandados, hinchazón hidrópica, inflamación, tumores. Menstruación: acuosa, prolongada, retorna después de que el ciclo menstrual regular ha cesado, atrasada, ausente, suprimida. Sequedad vaginal. Coito doloroso, con ausencia del placer y aversión.
“Es un gran amigo de la mujer que sufre inflamación y neuralgia de los ovarios y de inflamación del útero. La neuralgia afecta especialmente el ovario derecho, con tendencia hacia el izquierdo. Inflamación de los ovarios, cuando el derecho está más afectado que el izquierdo. Ha curado tumores quísticos del ovario derecho. Lycopodium produce y cura la sequedad en la vagina que hace que el coito resulte muy doloroso. Ardor en la vagina durante y después del coito. Tiene perturbaciones en la menstruación. Falta o supresión de los menstruos durante muchos meses, en una paciente marchita, pálida, cetrina, declinante, que se va debilitando. No parece tener suficiente vitalidad para menstruar. Es también adecuado en las púberes cuando llega la fecha en que debe producirse su primera menstruación, pero ésta no aparece. Llega a los 15, 16, 17 o 18 años sin desarrollarse, los senos no aumentan, los ovarios no realizan sus funciones. Cuando los síntomas concuerdan Lycopodium establece una reacción, los senos empiezan a crecer, comienza a evidenciarse el aspecto de mujer y la niña se convierte en mujer. Tiene un enorme poder de desarrollo y en ese sentido es muy similar a Calcarea phosphorica. Salida de flato desde la vagina, y várices de los genitales” (Kent).
24. Impotencia o falta de erección: pene pequeño y frío, con deseo sexual, después de excesos sexuales, después de transpiración, en gente mayor. Erecciones incompletas: durante el coito. Eyaculación: precoz o demasiado rápida, agotadora, escasa, incompleta, ausente, falta durante el coito, sanguinolenta. Poluciones o emisión involuntaria de semen: prematuras, sin erecciones. Deseo sexual disminuido o aumentado (sin erecciones).
“Es uno de los remedios más destacados en la impotencia. Personas de vitalidad débil, agotadas, cansadas en exceso, con órganos genitales débiles, rara vez necesitan Phosphorus, más sí Lycopodium. Es un remedio típico cuando el joven ha abusado de sí mismo con los vicios solitarios y el cansancio ataca a su médula espinal, su cerebro y sus órganos genitales, por lo que tendrá impotencia o también las erecciones serán incompletas o de brevísima duración” (Kent).
“Una vez casado, el hombre o mujer Lycopodium pueden experimentar disfunciones sexuales por el temor de ser incapaces de cumplir con las responsabilidades conyugales. La mujer puede ser incapaz de tener un orgasmo o el hombre puede experimentar impotencia en forma de eyaculación precoz o ausencia de erección. Internamente, el paciente Lycopodium siente un profundo estado de incapacidad y debilidad, y esto es lo que es puesto en duda, visiblemente, en las relaciones conyugales” (Vithoulkas).
25. Venas varicosas: dolorosas, punzantes, ulceradas, por congestión portal, red venosa en la piel, durante el embarazo, en genitales femeninos (labios, vulva). Varicocele, varicosis en garganta (faringe). Varices en extremidades: en miembros inferiores (durante el embarazo), en piernas (dolorosas). Ulceras varicosas en piel.
“Lycopodium, debido a su acción sobre el hígado, tiende a producir una hinchazón o aumento del volumen de las venas, particularmente aquellas que están más o menos imperfectamente provistas de válvulas; de este modo tenemos ya las várices características de Lycopodium; várices en las piernas, particularmente la derecha. Si este último estado sobreviene durante el embarazo, es un síntoma que demanda el empleo de Lycopodium” (Farrington).
26. En extremidades, dolor: derecha, derecha y luego izquierda, reumático, neurálgico, en articulaciones (gotoso, reumático, desgarrador); durante el escalofrío, la fiebre, y la transpiración; al principio del movimiento, y mejora con el movimiento continuo. Hinchazón: hidrópica en los miembros inferiores y en los pies, gotosa en las articulaciones de los dedos de la mano y rodillas. Nudosidades artríticas: en las articulaciones de los dedos de la mano (con rigidez). Calambres: en las pantorrillas (por la noche, estirando una pierna). Adormecimiento de las manos, piernas y pies. Frialdad en un pie y el otro caliente.
“A Lycopodium lo encontramos indicado con particularidad en las hidropesías que radican en la mitad inferior del cuerpo; la parte superior está extenuada; los músculos de los brazos y del pecho, están contraídos; el abdomen dilatado y los piernas hinchadas y cubiertas de úlceras, por las que mana una serosidad continuamente. La causa que produce la hidropesía en Lycopodium, es una afección del hígado… Lycopodium tiene acción sobre el reumatismo crónico y la gota, cuando los dolores empeoran por el tiempo húmedo y mejoran por el movimiento lento y el calor estando presentes los síntomas característicos gástricos y urinarios. El lado derecho es el principalmente afectado… Hay un síntoma para Lycopodium que deseo agregar, que no es poco común en la fiebre tifoidea, en la neumonía y la escarlatina, y es la frialdad de un pie, mientras el otro está caliente y aún ardiente. Este síntoma podría parecer como insignificante en la fiebre tifoidea, pero puedo asegurar a ustedes que es de inestimable valor en la práctica. Sulphur produce frialdad en un pie, pero generalmente el izquierdo es el afectado” (Farrington).
27. En piel, erupciones: indoloras, pruriginosas, después de rascarse, secretorias (después de rascarse), supurativas, costrosas (húmedas, después del rascado), eczema, herpéticas (rasgantes, placas, húmedas costrosas), herpetiformes, forúnculos (periódicos), sarna, urticaria, escarlatina, psoriasis. Picor: ardiente, corrosivo, reptación, durante la transpiración. Úlceras: indolentes, sensibles, dolorosas, ardientes, pruriginosas, hinchadas, induradas, con márgenes elevados e indurados, negras, planas, superficiales, fagedénicas, con secreciones (icorosas, malolientes), fistulosas, gangrenosas, sangrantes, cancerosas, varicosas.
“Lycopodium tiene erupción cutánea con mucho prurito, vejigas y erupciones acuosas, erupciones húmedas y secas, furfuráceas, alrededor de los labios, detrás de la oreja, bajo las alas de la nariz y también sobre los genitales. Erupciones con fisuras, fisuras sangrantes en las manos, donde la piel se espesa y se endurece. Los puntos donde se desarrollan las pústulas o los granos se endurecen formando nódulos que duran largo tiempo. La piel tiene aspecto enfermizo y fácilmente se forman escaras; las heridas curan lentamente, supuran por mucho tiempo y el pus se hace camino bajo la piel. Las úlceras sangran con facilidad y forman mucho pus denso, ofensivo, de color amarillo-verdoso” (Kent).
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Lycopodium por Lathoud
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Lycopodium por Kent
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Lycopodium por Farrington
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